Los cuatro pueblos que forman parte del Parque Natural del Moncayo suman un total de 3.148 habitantes (el 95% de los cuales reside en Ágreda) que tienen en el Moncayo un referente paisajístico y cultural permanente.

El patrimonio cultural y arquitectónico que atesoran Ágreda, Beratón, Cueva de Ágreda y Vozmediano refleja el valor de este territorio desde tiempos inmemoriales, y denota la presencia de culturas y pueblos en estas tierras de manera ininterrumpida desde hace unos cinco mil años. Desde los celtíberos, que aprovecharon los yacimientos de hierro tan abundantes en Cueva de Ágreda, por ejemplo, con los que se fabricaron afamadas armas alabadas por los cronistas romanos, y con castros tan notables como el de San Mateo en Beratón. A la época califal, cuyos restos del siglo XI se entremezclan en las calles de Ágreda con sinagogas o palacios renacentistas en un notable ejemplo de convivencia cultural.

Un territorio duro pero que ha proporcionado a las gentes de la zona recursos en los que asentar modelos de vida que han servido para mantener estos paisajes, como el caso del incipiente polo industral de Vozmediano, aprovechado el imponente surgimiento del río Queiles, con una concentración de fábricas imponente para las dimensiones de la localidad (un batán para paños, dos molinos de harina, una fábrica de papel o una de electricidad ya en el siglo XX) y cuyas aguas hoy hoy utiliza una notable piscifactoría.

Hoy la actividad económica de la comarca está capitalizada por el sector servicios y el comercial, con una actividad primaria más bien secundaria: una agricultura que apenas cubre el 2% de la superficie del Parque Natural, una ganadería centrada en las grandes granjas de porcino (fuera de los límites del Parque) y una presencia testimonial de ovino, que prácticamente ha desaparecido del interior del Parque.

El turismo ha comenzado a despuntar tímidamente en la comarca, y se trata de uno de los sectores con un mayor potencial al que la futura declaración de Parque Natural tiene que dar respuesta.